Este año se celebra la 40ª edición del Festival Internacional de Cinema a Catalunya («Sitges 2007»), una cifra que ya empieza a ser más que respetable para un festival que es referencia mundial para el género fantástico y de terror. Con motivo de la conmemoración de esta fecha, el pasado lunes tuvo lugar en la Filmoteca de Barcelona una mesa redonda muy especial, ya que contó con la presencia de los siete directores que ha tenido el Festival durante sus 40 años de historia: Pedro Serramalera, Antoni Rafales, Joan Lluis Goas, Xavier Catafal, Àlex Gorina, Roc Villas y Ángel Sala (actual director). Todos ellos hicieron repaso de su mandato, reconstruyendo así la historia del festival. Se contaron muchas anécdotas, hubo elogios para los diferentes equipos humanos que contribuyeron (y contribuyen) a mantener este festival y hacer de él lo que hoy es, pero también hubo críticas y reivindicaciones. Quedó claro que los inicios del festival no fueron fáciles y que los cambios y su evolución no siempre fueron bien entendidos, tanto por la crítica como por el público (me refiero al hecho de abrir el festival a otros géneros que no fueran exclusivamente el fantástico) y, Sobretodo, que el mayor obstáculo al que se enfrentó y se sigue enfrentando este festival, es una clase política que no parece amar el cine y menos el fantástico, cosiderado siempre como un género menor. Una clase política que en definitiva, y como casi siempre, no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y aprovechar todo el potencial que ofrece un festival como este. A pesar de todo, el Festival de Sitges sigue, año tras año, creciendo en proyecciones, en asistencia y en calidad, y por eso, desde aquí, solo me queda agradecerlo.
Aficionada al cine fantástico y de terror.
Creadora y coordinadora del blog Fantascine y codirectora del podcast sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror Atmósfera Cero.