Festival de Sitges 2013: Todos los imprescindibles (II)
Lo prometido es deuda y toca traeros una segunda entrega de los imprescindibles del Festival de Sitges 2013. Para esta segunda parte contamos con la colaboración de otro grupo de fans con gran experiencia de asistencia al festival y gran conocimiento cinéfilo como Luis F. Mayorgas del podcast Fuera de órbita, Enrique Garcelán y Gloria Fernández de Cine Asia y Carlos Giacomelli y Xavi Roldan de La Casa de los Horrores. Tomad nota:
Los imprescindibles del Festival de Sitges 2013 de Luís F. Mayorgas (podcast Fuera de órbita)
Raze. Un grupo de mujeres son secuestradas y obligada a pelear a muerte como espectáculo. Pero no penséis en un fan service estilo Sucker Punch. Este es un thriller duro y tremendamente violento. Una violencia nada gratificante, y que no es sólo física, sino psicológica. Ah, y la sorpresa ha sido la fornida Zoe Bell, que para ser alguien que empezó como doble de acción de Uma Thurman y Lucy Lawless, lleva bastante bien el protagonismo de una historia de no poca intensidad dramática.
Much Ado About Nothing. Pues siendo un divertimento rodado por Joss Whedon para descansar del proceso de producción de Los Vengadores, esta modesta adaptación del Mucho Ruido y Pocas Nueces shakespeareano rebosa diversión y sentido del humor. A eso contribuye el anacronismo entre los diálogos de Shakespeare y la ambientación contemporánea, o la evidente sensación de que el reparto, la mayor parte habituales de las series televisivas de Whedon, se lo están pasando de miedo. En resumen, una película sencilla que sin embargo aguanta la mirada con dignidad a la entrañable versión de Kennneth Brannagh de la misma obra.
V/H/S 2. Antología de cuatro cortos de terror en formato found footage / video doméstico, unidos por una quinta historia. El nivel, aunque un poco irregular, es bastante bueno, destacando dos de los cortos: El del ciclista zombie, repleto de casquería gore y mucho humor negro, y el (excelente) corto de la secta filipina, dirigido por Gareth Evans, también conocido por The Raid, que va subiendo progresivamente la tensión hasta culminar en una adrenalítica pesadilla repleta de muerte, sangre y vísceras.
Upstream Colors. Vale, estoy haciendo trampa, porque ésta la había visto antes del festival. Shane Carruth, el director de Primer, narra una historia de chica que encuentra a chico… mezclada con gusanos parasitarios psíquicos. Pero que nadie piense en un thriller de terror, Cronenberg o en los Ultracuerpos. Más una experiencia estética que una narración, el uso de la iluminación y el sonido le dan a Upstream Colors una cualidad hipnótica única si entras en el juego (si no, es posible que termines despotricando enfurecido, esta película es lo que tiene). Como bonus, me ha parecido el mejor alegato cinematográfico para hacerse vegetariano desde Babe, El Cerdito Valiente…
Dragon Ball. Battle of Gods. La primera película animada para cine de Dragon Ball desde hacía muchos años, en la que Bills, un gato antropomorfo que resulta ser el Dios de la Destrucción, va en busca de Son Goku para darse de bofetadas, básicamente por deporte. Todo se complica cuando Bills se autoinvita a la fiesta de cumpleaños de Bulma… Aunque no es particularmente novedosa, no se limita a la escalada armamentística de combates interminables en la que se terminó convirtiendo la franquicia, y recupera el sentido del humor que era marca de la casa, con momentos realmente hilarantes, sobre todo para los conocedores de la serie. Llamadme crío, pero entre un público de Sitges repleto de otakus, un servidor disfrutó como el que más…
Los imprescindibles del Festival de Sitges 2013 de Carlos Giacomelli y Xavi Roldán (La Casa de los Horrores)
Gente en sitios. Chanantísimo y trospidérrimo, el retorno de Juan Cavestany tras Dispongo de barcos (con El señor y Ramona haciendo las veces de jugosos preludios) aumenta las apuestas en incomodidad, patetismo, absurdidad y, sí, emotividad. Esta antología del disparate poblada por seres igualmente antológicos nos escupe a la cara todas nuestras neuras, inseguridades y bizarradas de la vida cotidiana. Todo eso en lo que reconocemos a nuestros vecinos sin darnos cuenta de que en realidad somos nosotros. Claro, estamos demasiado ocupados en partirnos el ojete con la película, pero no nos engañemos: la gente en sitios somos todos nosotros. Eres tú y soy yo. Si Cavestany es el futuro del cine español, ya veremos cómo podemos terminar todos. (Lee la crítica de Gente en Sitios de La Casa de los Horrores)
Only Lovers Left Alive. Poco importa que los vampiros estén, como género cinematográfico, ultrajados y más que agotados. Una sola película basta para que recuperen todo su esplendor. Claro que hay truco, y es que la película en cuestión es de Jarmusch. El director de Bajo el peso de la ley sigue a lo suyo con una nueva propuesta claramente ubicable en su particular universo: Only Lovers Left Alive vuelve a ser una historia de personajes, de sentimientos, de silencios, de música, de sensaciones. Pura lírica escrita en imágenes donde, vale, sus personajes son vampiros. El del pelo estrafalario se sirve de los archiconocidos pros y contras de Drácula y cía para indagar en las psiques de dos amantes ancestrales, y buscar lo que les hastía y lo que, en cambio, les mueve. Son seres casi inmortales y se alimentan de sangre, pero con ellos, el análisis a la sociedad actual es tan conciso como si se hubiera limitado a grabar a… gente, en sitios. Oh, pero lo mejor viene ahora: encima, Only Lovers Left Alive es de las pocas propuestas sobre chupópteros que más y mejor respetan su idiosincrasia. Imprescindible. (Lee la crítica de Only Lovers left Alive de La Casa de los Horrores)
Upstream Color. Hablábamos de poesía en imágenes, pues marchando la definición por excelencia del concepto. Si Primer era una puesta a punto del potencial de su enigmático responsable, Shane Carruth, Upstream Color es su eclosión. Una propuesta extraña, difícilmente descifrable, hermética y ombliguista. Pero a su vez, una oda al Hacer Películas (en mayúsculas) en todos sus sentidos: impecable y personalísima a nivel formal, excelente en su apartado sonoro, entregadas interpretaciones, y un guión que aunque parezca hecho al tuntún, se descubre estudiado hasta lo puntilloso para dar con su objetivo final, principal factor de su éxito. Y es que sin saber muy bien cómo explicarlo; sin haber acabado de entender del todo algunos pasajes de su argumento, Upstream Color es como una bomba de relojería para los sentidos y las emociones. En el momento en que explota, su metralla se agarra con firmeza en el recuerdo del espectador. Como una buena poesía. (Lee la crítica de Upstream Color de La Casa de los Horrores)
The Wind Rises. No podía faltar la despedida de Miyazaki entre las más destacadas del festival. Como suele ser habitual, el responsable de Mi vecino Totoro vuelve a regalarnos una obra maestra, una superación de sus propios límites (ya de por sí insuperables) que confirma su condición de maestro absoluto y sin parangón ya no sólo de la animación clásica, sino de la narración de historias únicas, sensibles, humanas. Su última película (nos sigue doliendo describirla así) es además un broche perfecto, difícil imaginarlo de otro modo: The Wind Rises es un riesgo, una exposición tal vez innecesaria a los seguidores de pega del cineasta, por ser su propuesta menos “mágicaâ€. No, no va de viajes ni de personajes imaginarios. Va de seres humanos, va de un corazón que se abre de par en par, va de sueños inalcanzables y de otros alcanzados. Y va de historia; de la historia de un país y de un artista único, irrepetible. No os confundáis, sí que hay magia en The Wind Rises, pero es la versión más terrenal, sincera, de la misma. Con todo, una obra maestra. ¿Alguien lo dudaba?
Coherence. Planteada como un diabólico juego del gato (de Schrí¶dinger) y el ratón es esta una miniatura destinada a hacer historia entre los fans de la ciencia ficción doméstica de vocación minimalista y los adictos a los puzzles mentales en los que importa más el reto que el resultado. Coherence comienza como una pieza de mumblecore tragicómico y pronto estalla en nuestras narices en toda su plenitud fisicocuántica con un guión-fardada que hay que ver para creer. O no, porque a poco que uno se pierda en sus vericuetos, el monstruo empieza a crecer y al final todo se convierte en un galimatías de realidades paralelas y alta conspiranoia de salón comedor. Pero un galimatías delicioso. (Lee la crítica de Coherence en La Casa de los Horrores)
Los imprescindibles del Festival de Sitges 2013 de Enrique Garcelán y Gloria Fernández (Cine Asia)
Ugly, de Anurag Kashyap. Tras Gangs of Wasseypur, el realizador indio demuestra su maestría en la dirección mediante un thriller bañado en humor negro, en el que el todos los personajes muestran su lado oscuro.
New World. El film coreano dirigido por el guionista de I Saw The Devil, profundiza en el sistema policial y de la mafia coreana para crear un film que se convertirá en el inicio de una saga. Como El Padrino.
Big Bad Wolves. Sorprende la puesta en escena y la dirección de los dos realizadores israelíes para tratar un tema tópico (la tortura de un presunto psicópata), abriendo nuevas vías para hacerlo. Destacar, por encima de todo, su particular sentido del humor.
Cheap Trhills. Un producto independiente americano presentado en Sundance, que juega con el espectador de forma creciente, mediante la violencia visual, el humor y la competitividad. Imposible abstraerse a un film tan pequeño pero tan redondo.
Blind Detective. Porque me emocioné como pocos en la rueda de prensa cuando Andy Lau se hacía merecidamente con el premio al mejor actor. Blind Detective es To: divertido, imaginativo, terrorífico y con un genial sentido del ritmo. Cinco estrellas.
Aficionada al cine fantástico y de terror.
Creadora y coordinadora del blog Fantascine y codirectora del podcast sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror Atmósfera Cero.