Después de cuatro años desde su última película, Álex de la Iglesia regresa a la dirección con la adaptación de la novela del escritor argentino Guillermo Martínez, Los Crímenes de Oxford, un trhiller en el que un profesor de Lógica de Oxford (John Hurt) y un estudiante (Elijah Wood), intentan resolver una serie de crímenes cometidos por un asesino en serie también aficionado a los enigmas.
Álex de la Iglesia se nos ha puesto serio. No serio-intelectual ni tampoco serio-trascendental sino, simplemente serio. Según las propias declaraciones de de la Iglesia, debido a la naturaleza del relato, para que éste funcionara, debía ponerse serio. Seguramente no le falta razón, lástima que no haya sabido encontrar la medida justa. La película arranca bien, con una presentación de los personajes muy hábil, magistral. Dispuestas las piezas en el tablero, la partida debe empezar. Es aquí donde la historia pincha. La acción transcurre lenta, al igual que los diálogos, poco ágiles e insípidos en más de una ocasión. Y no creáis que se debe a toda esa retórica alrededor de la lógica matemática (aunque no niego que en ocasiones ayuda) ni a una inadecuada interpretación de los actores (Hurt y Wood están más que correctos). No, es otra cosa: la ausencia de ritmo. La película no tiene ritmo; transcurre casi totalmente (a excepción de un par de escenas) pesada y lentamente, provocando que el tedio amenace con instalarse en la butaca de al lado. Una buena película de este género debe jugar al despiste con el espectador, darle falsas pistas, llevarle por callejones sin salida, hacer que sospeche de todos y cada uno de los personajes y además, al final, conseguir sorprenderle. De la Iglesia no lo hace, y no entiendo porqué, pues capacidad no le falta, lo ha demostrado sobradas veces. En fin, la historia transcurre ante nosotros con poco interés sin entender hacia donde va ni porqué. De la Iglesia consigue arreglarlo hacía el final dando un giro que alivia al espectador (gracias a Dios, esto no iba a acabar así), pero es demasiado tarde.
No voy a dudar de la capacidad técnica de de la Iglesia, tiene algunos planos realmente magistrales, dignos de Hitchcock (a quien homenajea en esta cinta) como esa escena en la que, en un único y largo plano pasamos de un personaje a otro como en un baile de salón, o algunos de los planos cenitales como el de la biblioteca o alguno en el auditorio. Pero hasta Hitchcock se atrevía a ser más gamberro.

Como he dicho antes, las interpretaciones de Hurt y Wood son correctas, magnífica me pareció la de Julie Cox, en el papel de hija amargada y desequilibrada. Refrescante fue ver a Leonor Watling en un papel diferente al de chica mona y formal, aunque no me la acabo de creer como devorahombres, y creo que su papel tiene demasiado peso en la película para lo que aporta a la trama (a parte de los semidesnudos que nos regala alegremente).
Por mi parte, he echado mucho en falta el humor negro de Àlex, su gamberrismo. No creo que un punto de ese humor ácido que de la Iglesia maneja también le hubiera venido mal a la historia. Si esto significa que Álex de la Iglesia ha madurado, le preferimos como antes, gracias.
Valoración: 6, porque sigo siendo fan de De la Iglesia.
Ficha Técnica:
Oxford Murders. España, Reino Unido, Francia. 2008. Dir.:Álex de la Iglesia. 110 min. Con: Elija Wood, John Hurt, Leonor Watling, Julie Cox, Dominique Pinon.
Aficionada al cine fantástico y de terror.
Creadora y coordinadora del blog Fantascine y codirectora del podcast sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror Atmósfera Cero.
Normalmente estoy de acuerdo con tus críticas pero chica en esta te has pasado. Le has regalado al menos 3 puntos por gustarte Alex de la iglesia